Ingredientes
♥ 250 gr. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente.
La saco de la nevera el día anterior para asegurarme de que esté bien blandita y moldeable.
Sé que hay gente que tiene especial predilección por determinadas marcas de mantequilla. Os puedo decir que he probado unas cuantas y no he notado diferencias sustanciales de sabor ni de textura en la galleta.
♥ 250 gr. de azúcar.
La receta original de Bea utiliza azúcar glass y con él las hice mucho tiempo.
Un día probé a hacerlas con azúcar blanco normal y corriente y os diré que el resultado fue espectacular. Además de mucho más fácil de tener en casa, aporta una consistencia más crujiente a la galleta, así que adiós al glasé!!! Eso sí, os recomiendo que lo tamicéis con un colador, para separar los granos más gordos y homogeneizar la textura de la galleta.
♥ 1 huevo grande a temperatura ambiente.
♥ 650 gr. de harina tamizada.
♥ Un chorrito de leche para ligar la masa.
♥ Un chorrito de vainilla líquida, de venta en cualquier supermercado.
Batimos la mantequilla a temperatura ambiente con las varillas hasta conseguir que se convierta en una crema.
Añadimos poco a poco, sin prisa pero sin pausa, el azúcar y seguimos batiendo con las varillas hasta que la mezcla esté uniforme y blanquecina.
Añadimos el huevo y un chorrito de vainilla y seguimos batiendo hasta que se quede bien homogéneo.
Inciso: si queréis teñir la masa para hacer galletas de colores, éste es el momento de aplicar el colorante, justo antes de añadir la harina a la mezcla.
A continuación añadimos la harina, previamente tamizada, de modo que se vaya convirtiendo en una masa. Cuando veáis que las varillas ya no dan para más (porque la masa se irá haciendo muy espesa) será el momento de cambiar las varillas por el accesorio amasador. En las batidoras manuales es ese accesorio que tiene forma de espiral, ¿os dais cuenta?. En la KA es el otro accesorio que viene "de serie".
Seguimos amasando hasta que ya tengamos una mezcla suave y homogénea. Si vemos que no se liga bien, podemos añadir un chorrito de leche, sin pasaros. Simplemente para que se convierta en una masa suave y consistente.
Es el momento de usar nuestras manos!!!! Cogemos la masa y las amasamos a mano sobre la encimera de la cocina. El amasado de esta masa no es como el que podemos realizar con la de la pizza o la de la empanada. Se trata de un amasado suave, de modo que no hace falta estirar y encoger demasiado la masa. Será suficiente con movimientos suaves hasta ver que a meter un dedo, éste no se nos queda pegado a la masa y se queda el hueco limpiamente marcado (es un sistema un poco rudimentario... pero a mí me va genial!!!!).
Formanos una bola con la masa, como la mía...
Cómo preparar la masa para su conservación
Para poder cortar las galletas limpiamente, es imprescindible que la masa esté bien fría. De este modo el corte es perfecto y la galleta no se deforma al hornear.
Cuando preparemos la masa tenemos dos opciones de conservación en frío:
♥ Conservarla en la nevera: si la vamos a cortar y hornear en pocas horas.
♥ Conservarla en el congelador: si vamos a hacer las galletas más adelante.
En cualquiera de los casos, el sistema que utilizo para conservar la masa antes del corte es exactamente el mismo: preparo planchas de masa.
Para preparar esas planchas de masa lo que hago es colocar la bola sobre un film transparente y la tapamos, dejando un espacio entre el punto donde se dobla el plástico para que nos quede espacio suficiente para después estirarla.
Cogemos el rodillo y estiramos la masa.
El grosor ideal para las galletas es de 0,5 cm. En el caso de que queráis hacer
piruletas de galleta podéis ampliar la altura hasta el centímetro, de modo que el palito tenga sitio suficiente... a no ser que hagáis piruletas falsas como las que os enseñé
aquí, claro.
Si no tenéis un rodillo medidor, otra opción es colocar dos
guías de madera a los lados que sirvan de referencia al rodillo. Lo he visto "en directo" y la verdad es que funciona muy bien.
Nos ponemos a estirar bien la masa, de manera que quede perfectamente alineada y a la misma altura, tal y como os enseño en la foto, teniendo como límite de referencia el film transparente y sin sobrepasarlo, para que después podamos "remeterlo" tapando bien todo el contorno de la plancha.
Yo suelo hacer el doble de cantidad de masa (el doble de todos los ingredientes que os he dado), para tener "de más" y poder congelarla, de manera que siempre suelo tener alguna plancha de masa en mi congelador y así me da mucha menos pereza hacer y decorar las galletas.
Ya tenemos las planchas de masa preparadas. Si las vais a cortar en el mismo día se irán a la nevera (conviene que estén un mínimo de tres horas antes del corte) y si las haréis más adelante, las metéis en el congelador (no más de 6 meses). Una vez que descongeleis una plancha, no se puede volver a congelar, por lo que conviene que vayáis sacándolas de una en una en función de la cantidad de masa que necesitéis.
De cualquier modo, es importante que al apilar las planchas pongáis la más grande de primera y así sucesivamente, para que la más pequeña se quede encima y así evitaremos que se nos deformen durante su conservación en frío.
Cómo preparar las galletas
Lo más cómodo de la congelación de la masa es que el tiempo de preparación y decoración de las galletas se reduce muchísimo, lo cual nos va a facilitar un montón que nos podamos poner a galletear en casa!
Para preparar las galletas lo primero que tenéis que hacer es precalentar el horno a 180 ºC y preparar la bandeja de horno, cubriéndola con papel especial para hornear.
Sacamos la plancha del congelador o de la nevera. En caso de que la saquemos del congelador, tenemos que esperar unos 5 minutos para que entre un poco en calor y se pueda cortar (sino se os deformarán vuestros cortadores!!!). En caso de que la tengamos en la nevera, podéis poneros a cortar inmediatamente.
Destapamos la masa, levantando el film transparente y empezamos a cortarla con ayuda de nuestros cortadores. Al cortar la masa en frío vamos a conseguir un corte mucho más limpio y menos deformidades en nuestras galletas...
Vamos colocando las galletas cortadas sobre la bandeja con el papel de horno, teniendo en cuenta que:
♥ En cada horneado debemos colocar las galletas que tengan un tamaño similar, para que todas se hagan a la vez, evitando que unas se quemen y otras se queden crudas.
♥ Las galletas debemos separarlas, al menos dos centímetros. Tened en cuenta que con el horneado tienden a desparramarse un poco y ello puede hacer que se nos puedan pegar unas a las otras.
Metemos la bandeja en el horno precalentado y horneamos durante unos 10 minutos. El punto de horneado ideal es aquél en que vemos que los bordes de las galletas comienzan a tener un ligero tono doradito, en ese momento ya las podemos sacar.
Me encanta que las galletas me queden más bien blanquitas porque así la decoración y el resultado final es mucho más vistoso.
Sacamos las galletas de la bandeja de horno, de una una y con la ayuda de una pala o espumadera. Tenéis que tener mucho cuidado porque en este momento están completamente blandas y se rompen con muchísima facilidad.
Si veis que alguna galleta ha quedado con "bultitos" conviene que la aplastéis con cuidado y con ayuda de la pala o la espumadera, para conseguir que recuperen su forma plana. Este paso es fundamental hacerlo justo al sacarlas del horno porque en ese momento estarán muy blandas y moldeables.
Las colocamos sobre la rejilla del horno en la encimera, para que se vayan enfriando de forma homogénea por arriba y por abajo. A medida que se enfríen se irán endureciendo y adquirirán esa consistencia que las hace perfectas para decorar con glaseado, fondant o lo que queráis :-)
Para poder decorar las galletas conviene dejarlas enfriar al menos 6 horas y para su correcta conservación las debemos meter en una caja de lata. No os recomiendo los tupper porque acumulan más humedad y la galleta pierde consistencia.
Como siempre estoy justa de tiempo, suelo decorarlas hasta 15 días antes de mis fiestas, eso sí debéis empaquetarlas inmediatamente en sus bolsitas de celofán individuales. De esta forma se os conservarán perfectamente hasta el día de la fiesta.